Cosas para leer: el Castillo del Diablo. Fragmentos, conclusiones y pastiches sobre un puritano inglés


Como todo lector de Howard conoce el texano escribió tan sólo 8 relatos completos, y tres poemas, sobre Solomon Kane, Sin embargo, al igual que sucedería con Conan, pero a menor escala, los fragmentos inacabados han servido para esa clase de colaboración póstuma que inicio L. Sprague de Camp, con diversos autores completando aquello que el autor original dejo inacabado, este tomo es fundamentalmente una recopilación de estas continuaciones, junto con uno de los relatos del Kane de Howard transformado para añadir mayor componente sobrenatural y tres pastiches independientes.

En el caso de las continuaciones la edición ofrece el fragmento original de Howard (Los Negros Jinetes de la Muerte, El castillo del Diablo, Hawk de Basti y los hijos de Asshur) y a continuación las diferentes conclusiones realizadas por Fred Blosser, C.J, Henderson (estos dos únicamente aparecen en Los Negros Jinetes de la Muerte), Javier M. Lalanda (el único que completa los cuatro fragmentos), Ramsey Campbell y Gianluiggi Zuddas (que obvian el primer fragmento y completan los otros tres) 

El relato transformado es La llama azul de la venganza, en el que John Pocsik coge como base un relato completo de Kane escrito por Howard, en el que no había ningún elemento sobrenatural (y que ha sido publicado tanto con este mismo título como con el de Espadas de la Hermandad) y le añade un practicante de las artes oscuras.

Los tres pastiches incluyen dos escritos también por el italiano Gianluiggi Zuddas, una aventura juvenil del héroe titulada La Isla de la Serpiente Emplumada y otra, situada ya en una etapa más crepuscular, titulada La Corona de Asa. El tercero es Espadas de París, un relato escrito por Eugenio Fraile y Miguel Ángel Garrido Gallego, que utiliza la excusa de un viaje temporal para cruzar la hoja de Kane  con la de los famosos mosqueteros creados por Alejandro Dumas. 

El resultado es curioso pero irregular, además de provocar cierto nivel de confusión mental entre las distintas versiones. Con continuaciones que siguen un estilo más o menos próximo al de Howard y otras que se desvían notoriamente de sus referencias literarias. 

Las continuaciones de Campbell son concisas y correctas, pero tampoco un prodigio de originalidad, quizás el sutil ambiente terrorífico que consigue en algunos momentos sea su punto fuerte. Poco se puede decir sobre la de Blosser o la de C.J. Henderson, que realiza un cruce directo entre el espadachín puritano y los mitos de Cthulhu, pero no pasan de la anécdota. 

Las continuaciones, y pastiches, de Zuddas resultan sorprendentemente divertidos pero utilizan un Kane genérico y que en poco recuerda a su modelo, además de demostrar un desinterés en los detalles históricos que habría chocado con el deseo de documentarse, no siempre conseguido, de Howard. Por ejemplo, y como caso extremo, en La Isla de la Serpiente Emplumada, en si un caos de referencias contradictorias, llega a inventarse un rey, Jorge V Tudor de Inglaterra.

Las de Javier M. Lalanda, que aparecieron originalmente en la edición de los relatos de Howard en la colección Última Thule, son por lo general bastante largos y, para mi gusto, llegan a extremos demasiado fantásticos, en comparación con los relatos originales. Sin embargo si se aprecia el esfuerzo de documentación, por ejemplo las referencias a la diosa Bast en su versión de Hawk de Basti dan un nuevo significado a lo narrado (aunque hecho de menos una referencia a Ulthar), y su Kane es posiblemente el que más recuerda a los personajes de Howard, aunque a veces, como en su final de los hijos de Asshur el modelo parezca más Conan que el puritano. 

Espadas de París es un buen relato, una buena historia corta de los mosqueteros en que la aparición de Kane parece forzada y la vilificación del villano exagerada. Me ha llamado mucho la atención la particular grafía Artagnan (en vez de D'Artagnan) para referirse al mosquetero gascón, grafía que no creo haber visto nunca y que, a lo mejor, está completamente justificada pero que se ve extraña.

Resultan curiosas los elementos que reaparecen en distintos fragmentos, como la presencia de elementos de la mitología nórdica, manejados de forma muy diferente por unos y otros o como distintos elementos presentes en el fragmento original son ensalzados o olvidados por el continuador.

En general una serie de historias interesanes, reflejo de un mismo personaje a través de la visión de distintos autores, que demuestran como cada uno percibe un mismo personaje de formas diferentes. Cosas que a mi me parecen totalmente contrarias a la naturaleza o a la historia de Kane que nos trasmite Howard son, como se demuestra, utilizadas por otros autores y lo que para uno es una contradicción para otros es la confirmación de algo que han visto insinuado en una frase o un giro de los relatos originales. 

Puntuación: 7/10

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