Cosas para leer: Bogavante Johnson en Satán Huele el Pastel

  

Bastante hemos hablado ya sobre este personaje en el blog, incluyendo la reseña de la única novela protagonizada por él y una ficha para adaptarlo a Spirit of the Century en esta entrada, así como la reseña de los anteriores tomos de sus aventuras en comic (El Prometeo de hierro y La mano ardiente), para necesitar mucha más presentación. 

Este  volumen contiene los números 11 al 15 de la colección del personaje, continuando tras lo narrado en el Prometeo de Hierro y La Mano Ardiente, y una historia breve aparecida en Dark Horse Presents nº9. Sin explicación el orden de los relatos no sigue su aparición en la colección original pero al tratarse de historias mayormente independientes este cambio de orden no resulta evidente.

Los guiones corren en todos los casos a cargo de Mike Mignola y John Arcudi, pero a los lápices nos encontramos una variedad de autores y estilos que ofrecen distintos rostros del héroe, desde el más realista de Kevin Nowlan al más caricaturesco de Wilfredo Torres. La portada, como siempre, de Mike Mignola juega con sus composiciones de siempre aunque esta vez el color predominante es el rojo, sobre el que se destacan las figuras más oscuras, y no el habitual negro. Como viene siendo normal en los tomos del universo Hellboy cuenta también con unas cuantas páginas de bocetos e ilustraciones varias.

Cuatro de las historias, Capum Mortuum, Satán se huele el pastel, la breve El apogeo de Tony Masso y La plegaria de Neferu son  completamente independientes, que podrían insertarse en cualquier momento de la carrera del justiciero, sin la presencia de los secundarios y las tramas introducidas en números anteriores de la colección, lo que da cierta sensación de relleno. Pese a ello, entre ellas me ha gustado especialmente el ritmo y narración de Capum Mortuum, dibujada por Tonci Zonjic, que ya dibujó la anterior saga dentro de la colección. El plan de los villanos, y las ilustraciones catastróficas que lo acompañan, recuerdan con fuerza a las aventuras de The Spider, una de las inspiraciones más claras para el personaje del Bogavante. El apogeo... es una de las historias de tinte más lovecraftiano,  un elemento que hecho de menos en las historias más modernas del universo Hellboy, aunque su carácter anecdótico lo hace también el relato más prescindible del tomo.

La historia restante El perfume del loto, que es también la más larga del tomo, si continúa con esos personajes presentados en el tomo anterior y prepara el terreno para la situación del siguiente arco argumental. Esta historia está situada en el ambiente de Chinatown y vinculada a los tong y a la escena internacional de los años 30, con la guerra chino-japonesa como prólogo del conflicto mundial, me ha recordado a algunos elementos utilizados en la magnífica Chinatown Death Cloud Peril, que ya reseñe por aquí. La oponente principal, una espía y hechicera japonesa, es otro de los guiños que las historias del Bogavante no dejan de lanzar hacia las historias de AIDP., aunque no es necesario captarlos para disfrutar de estas historias. Dejando de lado un elemento visual llamativo, aunque algo tonto, el personaje en sí resulta bastante poco definido y no demasiado interesante. 

El Bogavante sigue falto de personalidad específica, pero poco a poco parece que algunos de sus ayudantes, la periodista Cindy Tynan y  el mecánico afroamericano Harry McTell, parecen cargar el peso de los diálogos y de las tramas sobre sus hombros, de una forma que de nuevo recuerda al papel de Harry Vincent o Margo Lane en la historias de la Sombra.

Puntuación: 6/10

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