Cosas para leer: La novia del diablo Seabury Quinn

La única novela protagonizada por el médico y detective de lo oculto francés, afincado en los EEUU, Jules de Grandin es este fallido y truculento relato de sectas y conspiraciones diabólicas. Puede parecer paradójico que lo califique como fallido, al fin y al cabo más de uno argumentará que muchas de las obras comentadas en este blog no merecen mejor consideración que esta y sin embargo he sido más generoso en mi apreciación, pero permitidme que intente defender esta opinión en una análisis más pormenorizado. 

Es necesario apuntar aquí que se trata de la única novela larga producida por Seabury Quinn sobre Jules de Grandin, quien también protagonizó hasta 93 casos narrados en forma de relato corto. Originalmente fue publicada, por partes, entre febrero y junio de 1932 en la misma revista Weird Tales, donde apareció la mayoría de la obra del autor. Aunque hoy día tanto Quinn como su personaje sean casi desconocidos, en su momento fueron una de las principales bazas comerciales de la revista, siendo mucho más populares que otros compañeros de la misma, como Robert E. Howard o H. P. Lovecraft. Muchos han destacado que Quinn era un maestro de vender sus relatos, sabiendo apelar a los bajos instintos de los lectores para atraer su atención hacia relatos que, en el fondo, no eran demasiado buenos o que dependían demasiado de esos factores de choque o fetichismo para ser verdaderamente interesantes.

La versión en castellano que he manejado es la realizada en 2003 por Pulp Ediciones. Su presentación es sencilla, casi diríamos pobre: tapas en rústica y con un, poco conseguido, montaje fotográfico por portada. A lo largo del texto aparecen unas notas al pie muy inconsistentes y poco sistemáticas, explican términos bastante transparentes y dejando otros más oscuros sin aclarar, además en ningún momento la nota indica si nos encontramos ante notas del autor o del traductor. En general la edición, como todas las llevadas a cabo por pulp ediciones, es técnica y editorialmente deficiente. 

El argumento de la novela sigue, con muchas vueltas y revueltas, el enfrentamiento entre de Grandin y una siniestra secta satánica, de alcance mundial, por el alma y el destino de una inocente muchacha americana, Alice Hume. El principio tiene su interés a la hora de plantear el misterio de la desaparición inicial y por la forma de presentar el viejo diario del fundador de la familia Hume, argumento con ciertas resonancias a Ella (aunque dejando por el camino uno de los muchos cabos sueltos nunca resueltos ¿quién fue el que intentó borrar dicho texto? ¿por qué intentar borrarlo en vez de destruirlo?), y su conexión con la conspiración.  

Tampoco es satisfactoria la explicación naturalista ofrecida por el autor, de forma poco convencida, (con concesiones a los poderes psíquicos, la trasmisión de pensamiento y otros fenómenos vistos como científicamente "aceptables") del elemento sobrenatural que, pese a todo, también deja algunos cabos sueltos. 

Por otra parte el "conglomerado" que sirve como enemigo del detective me resulta difícil de tragar, siendo un revoltijo de elementos tan dispares como sólo podría concebir la mente del apologista cristiano más alucinado. Frente a la América "decente", cristiana y blanca, y su defensor francés (al que casi podemos perdonarle ser católico), se presenta un batiburrillo de cultos orientales, ateísmo internacional financiado por la unión soviética, rebeldes anticoloniales africanos, satanismo occidental con resabios de Aleister Crowley,.. que parecen unidos únicamente por su "otredad", sin tener en cuenta sus profundas diferencias internas. En el mismo sentido un problema grave es la falta de entidad, de personalidad incluso, del villano que supuestamente dirige esta organización y cuyo "secreto" además de fácilmente deducible no hace más que restarle interés. 

Pero una vez este misterio inicial es resuelto el resto no me suscitó el mismo interés. Aunque los personajes se muestren increíble, y exageradamente, sorprendidos por algunos giros eso no implica que estos resulten sorprendentes, o interesantes, para el lector. El ritmo es irregular, con continuos cambios de escenarios y cierta repetición en los esquemas, la chica es raptada no una sino dos veces, los personajes parecen acumularse o desaparecen sin tener demasiado que hacer o, simplemente, (como la chica de las manos cortadas) sirven para ofrecer un momentáneo momento de shock, hoy día bastante descafeinado, y en realidad podrían extraerse de la novela con mínimos cambios.

La descripción de los rituales y algunas escenas puntuales si tienen algo más de valor, especialmente la más profusamente descrita en la nave abandonada, con sus túnicas y su ritual católico invertido, o la ceremonia final en las ruinas. Ambas consiguen trasmitir cierta sensación blasfema de la que, en general, carece el resto del relato.

Creo que muchas de estas fallas derivan de la propia forma elegida para la historia, la novela parece una sucesión de episodios,  unidos burdamente por una linea editorial endeble que parece perderse al enredarse demasiado sobre si misma. La idea de base tras cada episodio (entendido este como unidad de acción y no necesariamente como un capítulo propiamente dicho) podría haber servido perfectamente para un relato corto, formula con la que Quinn consigue resultados mucho mejores.

Puntuación: 3/10

Comentarios

  1. Quizas ese sea el problema: Que sele daban mejor las narraciones cortas...

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