Localización: La Tumba del Gran Khan

"Mongolia es una tierra terrible de misterio y demonios".
Antoni Ferdynand Ossendowsky, Bestias, Hombres y Dioses.

Temüjin, más conocido como Genghis Khan, el fundador del imperio Mongol,que unió a su pueblo bajo su gobierno y lo lanzó a la conquista del mundo es una figura poderosa y llamativa. Pese a los siglos transcurridos desde su muerte, es considerado aún un azote destructor por los descendientes de aquellos que sufrieron sus conquistas, mientras que sus propio pueblo le alaba como un gran héroe: no solo un guerrero también un estadista, un legislador y un administrador notable. Durante los años 20 y 30 en occidente, las imágenes y referencias a Genghis Khan suelen coincidir más con la primera perspectiva: se le suele representar como un bárbaro conquistador y brutal, comparandolo a menudo con personajes como Fu Manchú o, más adelante, con el afán expansionista del Imperio Japonés.

Aunque podemos conocer los hechos básicos de su vida, los grandes hitos que marcan su trayectoria, la mayor parte de ella permanece en la oscuridad y el lugar de su descanso final nunca ha podido ser encontrado. Muchos creen que con él se enterrraron grandes tesoros, incluyendo quizás una corona de gran significación mística, y por ello siempre ha habido quien ha tratado de hallarla, pese a los riesgos y dificultades.

La Tumba
Las crónicas y documentos cuentan que el gran Khan había decretado ser enterrado en una tumba sin señalizar y hasta hoy nadie ha sido capaz de localizar el lugar de su enterramiento. Esas mismas fuentes nos cuentan que tras morir el año 1227 d.c. (por causas que nos son desconocidas) el ataud fue llevado a su tierra natal, cerca de la moderna Ulan Bator, y que o bien el río Onon fue desviado para ocultar el lugar del enterramiento o que el ejército completo del Khan desfiló sobre ella hasta borrar cualquier rasto. También que los trabajadores que habían trabajado en su construcción fueron asesinados para mantener el lugar en secreto. Mientras su memoria fue ensalzada por sus súbditos que comenzaron a adorarlo como si se tratara casi de un dios.
Sin embargo existe otra leyenda que afirma que en ese lugar sólo se enterró un ataud vació, mientras que la verdadera tumba de Gengis Khan se excavó en otro lugar, una región llamada Ikh Khorig o El Gran Tabú, a los pies de la montaña sagrada Burkhan Khaldun. Ciertamente esta región, ya de dificil acceso por si misma, debido al terreno montañoso y a los densos bosques, fue declarada por los emperadores mongoles como terreno prohibido. Para hacer efectiva esta prohibición escogieron a cincuenta guerreros a los que, junto con sus familias, ordenaron establecerse en la región y defenderla de posibles intrusos. Desde entonces los descendientes de estos guerreros han protegido este lugar; siendo conocidos como darkhats, del verbo darkhlakh "prohibir o vedar", sin mezclarse en las luchas políticas que han azotado el país y cumpliendo su antiguo cometido sin descanso.
La mayor parte del tiempo la vida de estos darkhats se diferencia poco de la de otros pastores nómadas y se encuentran dispersos por la comarca, pero han establecido puestos de vigilancia permanentes en las riveras del río Kherlen, la vía más fácil para penetrar en la zona, y son capaces de reunir una fuerza de jinetes armados, con una velocidad sorprendente. Mientras gran parte del pueblo mongol se ha convertido al budismo lamaista desde entonces, ellos siguen siendo fieles a la antigua religión conocida como tengerismo, una forma de chamanismo entre cuyas creencias incluye un panteón politeísta, a la cabeza del cual se encuentra el dios celeste Tenger. Sin embargo debido a su peculiar función los darkhats dan gran importancia al señor del inframundo, Erleg (ya adorado durante la prehistoria por los antiguos hyrkanianos con el nombre de Erlik)

Ikh Khorig no solo contendría la tumba del Khan si no la de muchos de sus nobles y algunos de sus propios descendientes, siendo entonces, más que un mausoleo aislado, una verdadera necrópolis, con miles de tumbas guardada por más protecciones que los guardianes humanos que vigilan su entrada. Debe tenerse en cuenta que los emperadores Mongoles contaban con enormes recursos humanos y técnicos adquiridos de los muchos pueblos conquistados, incluyendo los secretos tecnológicos de China y los conjuros de Persia. Hay quien dice, además, que los espectros de los trabajadores asesinados para mantener el secreto del lugar todavía están atados a este, más que dispuestos a demostrar su odio sobre cualquier ser viviente que penetre en el mismo sin las adecuadas protecciones.

En una de las novelas basadas en las hazañas del justiciero urbano conocido como La Sombra, Masters of Death, aparece un sarcófago de plata, identificado como el sarcófago de Temüjin, en posesión de Siwan Khan, un peligroso criminal que asegura ser descendiente del gran conquistador. Es posible, sin embargo, que esta pieza, de una artesanía exquisita sin duda, se trate de un sarcófago ceremonial vacío, como el que se conserva en el Mausoleo de Gengis Kahn y no del verdadero lugar de descanso final de Temüjin.

Existe el rumor de que hay un mapa capaz de guiar a un buscador hasta la localización exacta de la tumba, fabricado durante el reinado de Kublai Khan, pero que este mapa está dividido en siete partes, cada una de ellas oculta en un lugar diferente. Se cree que los mapas están diseñados de forma que sólo poseyendo los siete se pueda interpretar correctamente la localización y que cada uno es inutil por si mismo.

Mongolia en la era pulp.
A principios del siglo XX toda la región tradicionalmente identificada como Mongolia estaba bajo el poder del imperio chino. Se encontraba dividida en dos áreas geográficas diferenciadas: la Mongolia exterior, que abarca las tierras del noroeste y la Mongolia interior, más al sur. En 1911, con cierto apoyo de Rusia, y mientras en China agonizaba la dinastía Quing, la Mongolia exterior proclamó su independencia: coronando al Jebtsundamba Khutugtu, el lama de más alto rango del país, de nombre Bogd Khan (1869-1924) como emperador de Mongolia.

Las fuerzas de la nueva república China ocuparon el país en 1919, reteniendo a Bogd Khan bajo arresto domiciliaro, con la esperanza de reunificar lo que consideraban una mera provincia rebelde. En ese momento entró en escena al peculiar señor de la guerra Roman Ungern Von Sternberg, un interesante personaje que se convirtió en gobernante efectivo del país, entre enero y agosto de 1921, cuando fue ejecutado por tropas soviéticas. Este noble ruso-alemán, entre otras rarezas místicas, afirmaba ser una reencarnación del Khan. Posiblemente hubiera estado muy interesado en una expedición que intentara encontrar su tumba.

Tras muchas más luchas y tensiones en 1924 se proclama la República Popular de Mongolia, a la sombra de la URSS y con el apoyo de tropas sovieticas, abarcando la mayoría de territorios de la Mongolia exterior, mientras que la Mongolia interior seguirá en manos chinas. La historia política de la República Popular seguirá durante el resto de los año 20 y 30 una trayectoria muy similar a la de la misma unión sovietica, con sus propios programas de colectivización forzosa y sus purgas en el periodo estalinista.

En fechas posteriores la situación se complicó aún más con la intervención japonesa, que llevó a la creación en 1937 del estado títere de Mengjiang, abarcando la mayor parte de la Mongolia interior y gobernada por un príncipe mongol, Demchugdongrub.

Desde el mismo año 1924, además de las dificultades anteriores para acceder a la zona, el gobierno de la República Popular de Mongolia declaro Ikh Khorig como Zona Restringida, prohibiendo el acceso a la misma tanto a los nacionales como a los extranjeros: aunque no se han atrevido a romper la larga tradición de los guardianes darkhat ni a expulsarlos de sus hogares, han dispuesto guarniciones en el exterior de la región pare reforzar esta prohibición.

La Corona de Genghis Khan.
Los investigadores más escépticos cuentan tan solo que entre los tesoros de Ghengis Khan destacaba una gran corona ceremonial de oro y joyas, un símbolo de su poder y estatus. El valor de dicha joya sería hoy por si misma inestimable, teniendo en cuenta tanto su valor material como su significado histórico.

Pero en el Unaussprechlichen Kulten de von Juntz y otros textos ocultistas se cuenta una versión más siniestra: Genghis Khan habría firmado un pacto con ciertas entidades extradimensionales, posiblemente aquella conocida como Yog-Sothoth, para asegurar sus conquistas. De esta forma Temüjin habría recibido o forjado una corona dotada de grandes poderes sobrenaturales, como señal y recipiente de ese pacto.

Aunque personalmente considero lo más probable que fuera enterrada con Genghis Khan, y por tanto yacería junto con su cuerpo en Ikh Khorig, el destino posterior de esta corona es controvertido; según ciertas crónicas es posible que llegara a ser utilizada por los herederos directos del Khan. Según esta historia sería en tiempos de su nieto, Kublai Khan, que la corona le fue sustraída (o el mismo decidió renunciar a ella) y llevada a una localización secreta en el Himalaya: una ciudad en ruinas que a veces recibe el nombre de Yian-Ho (otros afirman que este es el nombre de la antigua raza que elevó la ciudad y que el nombre de la misma es simplemente Yian) La ciudad estaría protegida por los descendientes de los antiguos habitantes transformados por la magia de la corona en los seres bestiales conocidos como yetis o mi-go (no confundir con los mi-go también conocidos como hongos de yuggoth mencionados en otras obras de los mitos)

Comentarios

  1. ¡¡Bueno, bueno, bueno!! Que en el "Unaussprechlichen Kulten" sale Gengis Khan...
    Genial, ese giro sí que no me lo esperaba...

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  2. Gracias... supongo... inesperado es bueno ¿verdad?

    Por cierto anteayer mismo estuve leyendo Futuros peligrosos en el trabajo (parece que ha gustado entre los bibliotecarios de por aquí), muy bueno.

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